
El ataque fue la primera ofensiva y sustancial realizada por Al Shabab en la capital de Somalia. De los últimos diez años y a half, se convirtió en una lista de strikes sangrientas contra hoteles, restaurantes e espacios públicos en Mogadishu, en donde miles de civiles perdieron sus vidas tras una guerra civil devastadora. El ataque también señaló cómo el grupo islamista somalí Shabab sigue siendo una amenaza para la seguridad de Somalia incluso en el enfrentamiento con los niveles de destrucción y nuevas strikes de los Estados Unidos.
El ataque es un día difícil y triste para Somalia e incluso para los ciudadanos somalíes, Mohamed Ibrahim Moalimuuu, un opositor de la República Centroafricana, dice en una entrevista telefónica que 11 miembros de su clan murieron. Es difícil que estos terroristas continúen a llenar la sangre tan rápidamente. Los Estados Unidos, junto con países como Turquía y Kuwait, condenaron el ataque del sábado. Ned Price, el spokesman del Departamento de Estado, deploró la salida, dijo en una declaración que los Estados Unidos continuarán apoyando a Somalia en sus esfuerzos para contener el terrorismo y construir una futura prosperidad segura e prospera. El sábado, las fuerzas de seguridad comenzaron a cerrar el área, pero el exalcalde de la ciudad, Axmad, dijo que el hotel estaba lleno de bombas explosivas. La primera vez fue claro cómo muchos militantes entraron en el hotel, y los funcionarios no respondieron a preguntas sobre ello.