
El costo de la inversión de 17 mil millones de dólares se debe a que la escasez de semiconductores está causando retrasos en la cadena de suministro en muchas industrias.
¡Bienvenidos a Texas, Samsung! La fábrica planeada sería la mayor inversión extranjera directa en Texas siempre, según Greg Abbott, gobernador republicano de Texas. Kinam Kim, director ejecutivo de la división de electrónica del gigante surcoreano, dijo que se espera que la planta sea operativa a finales de 2024 y que creen más de 2.000 empleos calificados y ponga la base para otro capítulo importante en nuestro futuro.
El grupo dijo que las chips fabricadas en el sitio tendrán aplicaciones en tecnologías móviles, 5 G o incluso inteligencia artificial. La planta se construirá en Taylor Township, cerca de la capital de Austin.
La noticia fue recibida por la administración del presidente Joe Biden, cuyos asesores de economía y seguridad Brian Deese y Jake Sullivan dijeron en una declaración que la planta ayudaría mucho a proteger nuestras cadenas de suministro, revitalizar nuestra base manufacturera y crear buenos empleos en casa. La escasez de chips de chips ha afectado a todo el mundo a medida que el mundo lucha contra la escasez de chips, desde automóviles y cocinas hasta teléfonos y consolas de juegos.
Samsung se unió al TSMC de Taiwán e Intel para ampliar la capacidad de manufactura de chips en los Estados Unidos, que ve al sector como una zona de competencia estratégica con China. TMSC e Intel están construyendo estas plantas en Arizona.
Los dos asesores presidenciales subrayaron que el anuncio del martes fue en gran medida resultado de discusiones entre los jefes de Estado de los dos países.
Samsung, que ha estado operando en Estados Unidos durante 25 años, firmó documentos para el proyecto con Texas en enero pasado.
El anuncio de la planta de Texas llegó cuando Lee Jae-yong, el líder de facto del mayor conglomerado Samsung, visitó Estados Unidos, buscando impulsar su posición en la mayor economía mundial.
En el último trimestre, Samsung ha disfrutado de ganancias enormes debido a la fuerte demanda de electrónica y chips impulsada por la pandemia.
Desde que llegó al poder, Biden intentó movilizar a la industria en torno a la necesidad de producir componentes vitales en Estados Unidos.
Una serie de empresas han anunciado nuevas plantas en los últimos meses. En asociación con Sony, TSMC anunció que construiría una planta en Japón. El mayor fabricante de chips de China dijo en septiembre de este año que construiría una nueva fábrica en Shanghai.
El gigante de la semiconductor de Estados Unidos Intel invertirá 20 mil millones de dólares en dos nuevas plantas en Arizona este año y planeará asignar entre 20 mil millones de euros,22.5 mil millones y 80 mil millones de euros para microchips en Europa en los próximos 10 años.